viernes, 8 de mayo de 2015

Cabezazo

Aporrear el teclado.
¿Porqué mierda he de comprenderte yo, porqué coño no me entiendes tú?

Porque es duro escupir el alma cuando intentas no hacerlo. Es como ese vómito que reprimes tras levantarte en año nuevo, de ese que no puedes huir.

Y te te gritaría hasta quedarme afónico, y lloraría por la catarsis.
Y no sé qué te diría, supongo que depende de ese momento.

El caso es que no soy nadie del resto. Ni él, ni ella, ni aquel, ni aquella, ni éste, ni el otro. Soy yo.
Yo soy muchos. Pero ninguno de los otros soy yo.

Por los mierda que te engañaron y te creíste, ahora tomas por mentiras todas y cada una de mis confesiones. Aquellas que me cuesta tantas heridas confesar.
Lo peor es que no me voy a arrodillar, ni me apetece jugar.

Cuando estoy contento, puedo pasarme la vida pasándote de nuevo la pelota.
Pero ahora no, ahora sólo quiero que te sientes a mi lado y me digas de una vez las verdades.

No voy a repetir de nuevo, no voy navegar en la tormenta nunca más si no estás tú en el campo de batalla.

No me basta con cal y arena, apuesta todo en una ronda.

Antes me enamoraba para mi mismo, después me desnudaba agarrándome a los cuentos, más tarde dejé de enamorarme y enamoré.
Pero ahora me enamoro mientras me estrangulo las arterias para poder respirar a gusto.
Y no te diré un "te quiero" hasta que no lo lea en tus ojos, hasta que no me lo griten las silenciosas huellas de tus dientes en tus labios,
Aunque muera esperando, no verás una gota de lágrimas ni sangre recorriendo mi piel. Aunque si me pinchases estallase.