viernes, 20 de abril de 2018

Incomprendido

Me explican que, de pequeño y en mi pueblo, tenía tendencia a salir a la calle y, aunque profundamente afectado, arrodillarme y, con cierta teatralidad, gritar "¿¡PORQUÉ NADIE ME COMPRENDE!?"
Me doy cuenta que esa maldición arrastro desde bien niño, sólo que ahora reprimo mis ganas de gritar. Me limito a respirar hondo, sonreír y mirar el firmamento (o el horizonte, si es de día)
Y pienso que "algún día, algún día..."
Y procedo a seguir observando el mundo, aprendiendo de las personas, atando cabos. Me sigo esforzando por comprender a todo el mundo, pero algunas veces no puedo evitar dar una patada a los charcos y gritar para mis adentros "¡¿Y QUIEN SE ESFUERZA EN COMPRENDERME A MI?!"

Luego sonrío, una suave corriente recorre mi estómago. Y empiezo a reír.A reír mucho, porque no me queda otra cosa que hacer que reírme.Y a veces se me salta una lágrima y una señora me mira raro, como si no entendiese nada.

lunes, 16 de abril de 2018

Los versos del capitán de aquel barco hundido ( I )

Si soy un reflejo de la sociedad en la que me he criado, seré un carictura de mi mismo.
Si no hay ninguna fe que me pueda salvar, mientras caigo al vacía del abismo yo seré dios.
Si la realidad es insípida, abriré las puertas del surrealismo.
Si no hay un motivo por el que reír, reiré sin motivo.
Si no hay futuro, exprimiré el presente. Lo dejaré seco.

lunes, 12 de marzo de 2018

Jugar con fuego

En asuntos de pasión/amor el más demandado es el que menos se vende, aquel de quien siempre te queda algo más por descubrir.

El deseo surge en el calor de la cercanía; el amor en el frío de la distancia que la sucede, donde la mente entra en piloto automático

Nadie elige su adicción hasta que muerde la fruta
Así que culpa a la pasión, cuyas huellas del crimen conducen las puertas destrozadas de un corazón antaño acorazado

Cuidado al buscar un fuego, no te de por acurrucarte y quedarte dormida

sábado, 24 de febrero de 2018

Momentos

A partir de ese primer contacto empieza la historia. Un cortometraje o una saga legendaria ¿qué más da?

Esa palabra poco común, esa foto llamativa o esa forma de expresarse que enciende las brasas de una curiosidad creciente por saber qué más hace única a esa persona, ese individuo.

Y llegan los momentos. Buenos, malos, extraños, memorables... pero siempre finitos.
Eso es lo que importan, los momentos.
Echar la vista atrás y tener algo que recordar de cada una de las personas que has conocido, de cada labio que has besado, de cada pupila que ha detenido el reloj, de cada sonrisa que ha devuelto la vida, de cada cuerpo desnudo que se ha abierto al tuyo.

Aves que vuelan, fuegos que aún arden y trenes que están por llegar.

Momentos e historias que la pluma del porvenir se dispone a tatuarnos para siempre. Sin permiso.