viernes, 20 de abril de 2018

Incomprendido

Me explican que, de pequeño y en mi pueblo, tenía tendencia a salir a la calle y, aunque profundamente afectado, arrodillarme y, con cierta teatralidad, gritar "¿¡PORQUÉ NADIE ME COMPRENDE!?"
Me doy cuenta que esa maldición arrastro desde bien niño, sólo que ahora reprimo mis ganas de gritar. Me limito a respirar hondo, sonreír y mirar el firmamento (o el horizonte, si es de día)
Y pienso que "algún día, algún día..."
Y procedo a seguir observando el mundo, aprendiendo de las personas, atando cabos. Me sigo esforzando por comprender a todo el mundo, pero algunas veces no puedo evitar dar una patada a los charcos y gritar para mis adentros "¡¿Y QUIEN SE ESFUERZA EN COMPRENDERME A MI?!"

Luego sonrío, una suave corriente recorre mi estómago. Y empiezo a reír.A reír mucho, porque no me queda otra cosa que hacer que reírme.Y a veces se me salta una lágrima y una señora me mira raro, como si no entendiese nada.

lunes, 16 de abril de 2018

Los versos del capitán de aquel barco hundido ( I )

Si soy un reflejo de la sociedad en la que me he criado, seré un carictura de mi mismo.
Si no hay ninguna fe que me pueda salvar, mientras caigo al vacía del abismo yo seré dios.
Si la realidad es insípida, abriré las puertas del surrealismo.
Si no hay un motivo por el que reír, reiré sin motivo.
Si no hay futuro, exprimiré el presente. Lo dejaré seco.