viernes, 28 de junio de 2019

¡VIVA EL ORGULLO 2019! (pese a ser heterosexual)

Ojalá llegue pronto el día en el que en la comunidad LGBTQI+ puedan vivir tranquilos.
Sin miedo, sin ansiedad, sin ofensas.

Como veis me refiero en tercera persona a la comunidad, ya que yo soy HETEROSEXUAL.
Estoy fuera. Pero desde fuera aplaudo y asiento con convencimiento cada vez que reclaman sus derechos, su respeto y su normalización.

Hay que meter en la cabeza de ciertos neandertales que su condición sexual no es en absoluto una enfermedad, ni una tara mental... no es algo que pueda ser "curado" porque no hay nada que curar.
No es una opción que han elegido, es algo con lo que han nacido. Y su sexualidad es tan válida y chula como lo es mi HETEROSEXUALIDAD...
Por mi no existe ninguna solución, porque no hay ningún problema.
¿Hace falta decir que son ciudadanos/as tan capacitados/as para hacer cualquier acto como cualquier otro? me parece alucinante tener que remarcar que son tan personas como yo. Claro que no de la misma manera, puesto que yo soy HETEROSEXUAL. Mi lujuria, aunque a veces desbocada, se limita a la mujer. No lo puedo evitar, resulta que así soy.
Pues ellos igual, no pueden evitarlo ¿porqué habrían de hacerlo?

No les tengo ninguna aversión ni fobia, y por ello no tengo ningún reparo en admitir que a veces voy a Arena, pese a ser totalmente heterosexual, y lo paso genial.
Cuando un hombre me acaricia y comienza a dar besitos en mi nuca yo, calmado y con una genuina sonrisa, le explico jovial el gracioso malentendido. Y le comunico, por cierto, que la cosa sería diferente si él fuese una mujer. Ya que yo soy HETEROSEXUAL.
Pero le cuento lo halagado que me siento, y es que despertar concupiscencia en alguien siempre es un halago.
Pienso entonces "aaaay, Carlos, ¿quien quisiera una buena polla?" suspiro por la homosexualidad. Pero no. No la encuentro ni en el más recóndito y oscuro rincón de mi psique ni de mi soma.
Claro, a mi me gustan sólo las mujeres. Bueno, en fín, soy HETEROSEXUAL puro.

Y acepto sus invitaciones a copas y cerveza, puesto que lo que veo es un ser humano, un nuevo amigo, invitándome a que la fiesta no acabe.
Una nueva amistad a quien le abriré mi corazón, mi alma y mi sonrisa y estoy seguro que seré correspondido.
Aún así jamás mantendré relaciones sexuales con él, porque al ser yo HETEROSEXUAL, pues sólo las mantengo con mujeres. Pero no tengo problema en darle un abrazo, de corazón.
¡Hasta un beso en la mejilla, he llegado a darles! porque yo soy muy liberal.

*Risas* incluso he llegado a darme un pico con algún amigo tan heterosexual como yo, y hemos bromeado y reído con eso, pese a ser profundamente heterosexuales y gustarnos las mujeres (mucho). Carcajadas muy fuertes que demuestran lo igual que nos da y lo abiertos que somos.

¿Y las lesbianas?  pues bueno, no voy a negar que al ver a una pareja de ellas 'darse el lote' pienso "Vaya, por Dios... qué pena, caray" frente la obviedad de que no estoy ni estaré jamás invitado a ese banquete.
Pero en el acto recapacito y las veo tan felices, tan gozosas, tan libres... que ¿sabéis qué? me alegro, me siento dichoso y en paz.
Al fin y al cabo ¿quien detiene palomas al vuelo, no?
Además, siempre hay alguna que reconoce ser bisexual...
¡Ah, los/las bisexuales!
Os adoro, todoterrenos. Gracias a Satanás que existís. Oráculos entre dos mundos. Puentes entre aceras.

Y en fin, a las demás sexualidades.
Aunque no os entiendo, os juro que me devano el coco intentándolo. Al menos a nivel teórico. Porque soy una personas curiosa, a parte de HETEROSEXUAL.
Y me gusta el saber, a parte de las mujeres.
Pero ¿qué importa que os entienda o no? eso no influye en que vosotros dejéis de disfrutar de vuestra vida como os de la gana.


Así que, sin más, sólo me queda desearos
FELIZ ORGULLO 2019
Y no sólo orgullo, feliz existencia.

P.D.: Desde la más absoluta e inamovible HETEROSEXUALIDAD. Yo aquí seguiré, con mi sexualidad irremediablemente enfocada en las mujeres.

martes, 4 de junio de 2019

El no ser sigue siendo

Cada día me cuesta más escribir algo que alguien ajeno a mi entidad puedan comprender.
Cinco palabras con un sentido entre ellas, algo de coherencia.

Tú, que golpeas el teclado ¿no es esto lo que querías?
Hace apenas nueve o diez años, cuando te esforzabas por abrazar el caos.
Hace apenas una década, cuando no tenía idea de nada, pero nadie te exigía tenerla.

Ésto es lo que rogabas, lo que buscabas, lo que implorabas al cielo de la noche. Esto, que algo reventara en tu cabeza. Que algo colapsara. Tocar fondo, caer al tanque y brotar entre las impredecibles flamas de neón.
Ésto querías, volverte loco.

Pues aquí lo tienes. Y sorpresa, el sabor no era el que te habías creído. Sorpresa, por más que ríes ninguna montaña se derrumba ante ti.
Soñabas con fundirte con el arte y reventar la civilización, y la realidad sólo te devuelve un retrato de ti mismo, aquel que juró abrazar el caos, con sus espinas atravesando tu cráneo.

Estás muerto, por enésima vez. Y aunque tu cadáver tenga un rictus sonriente y la cara pintada, tu carne empieza a descomponerse y ya todos son testigos del hedor que arrastras.
Ya todos saben que lo único vivo en ti es una chispa de motivación.
Tan débil y desconcertada a éstas alturas, que se destroza arrastrando toda esa masa hacia un lugar incierto, por miles de carteles que señalan diversas direcciones, pero ninguno especifica a donde te dirige.

La existencia se parte la cara contigo, vieja, sádica y con susgarras heladas empapadas en bilis, ácido y sangre seca.

Cuando la muerte y la vida que te queda debaten hasta el infinito, tú sólo puedes gritarle a la eternidad y escuchas como tu eco se expande por el páramo del mundo.
Y vuelves a con lo que el horizonte aguarda, pero la tierra está llena de zarzas, el mar está helado y tú estás en carne viva.

El mundo real no tiene botón de pausa.
El mundo real no tiene botón de retroceso.
El mundo real no tiene botón de adelantamiento.
Sólo puedes dormir y esperar encontrar una respuesta, en alguna galleta en el barrio chino del mundo onírico.

Que les jodan a Sartre y a Camus. Que se calle Schopenhaüer, no necesitas más rudeza.
Que Cioran te explique cómo conservar las ganas de seguir pagando al feriante para subir a la noria.